Vicente Blasco Ibáñez
Vicente Blasco Ibáñez, nació en Valencia el 29 de enero de 1867. De origen humilde, pero luchador por naturaleza, después de estudiar derecho, y llevado de sus ideales progresistas, se dedicó al periodismo, no sin riesgo ya que conoció procesos y arrestos, lo que le obligó a irse a Francia en 1890.Comenzó a escribir muy joven, conociendo las angustias y esperanzas de todo principiante, pero nunca perdió el ánimo pese haber tenido que escribir para otros en calidad de "negro" e incluso mantener una relación de conveniencia con Emilia Pardo Bazán, entonces una de las máximas figuras dentro del panorama literario español.
Republicano convencido, fundó en Valencia, en 1891, dirigiéndolo, su periódico El Pueblo y la Editorial Prometeo.
Metido de lleno en política, le eligieron 6 veces diputado en las Cortes, pero renunció en el año 1909, marchándose a la Argentina con la intención de establecer dos prósperas colonias. Proyecto totalmente utópico que sólo conoció su descrédito en este particular y la ruina de muchas familias de emigrantes a quienes el verbo fácil de Blasco Ibáñez convenció para cambiar de vida y de país.
A pesar de todo, en México, que visitó, le recibieron con grandes honores, y posteriormente en Estados Unidos, en los que desarrolló una serie de conferencias, le nombraron en 1920, doctor honoris causa por la Universidad de Washington.
Sus novelas pertenecen a la escuela naturalista y en ellas todo es pura descripción, habiendo poquísimo diálogo, lo cual, a la hora de adaptarlo al cine o a la televisión, ha causado numerosos quebraderos de cabeza a sus guionistas.
Entre sus novelas son famosas están Arroz y Tartana, La Barraca, Entre Naranjos, Cañas y Barro, La Catedral, Sangre y Arena, Los cuatro jinetes del Apocalipsis, Los enemigos de la mujer, y en 1925 La vuelta al mundo de un novelista.
A ponderar también su labor de traductor, vertiendo del francés al castellano, en la versión hecha por el doctor Mardrús, LAS MIL Y UNA NOCHES. Una de las mejores y más fieles que se han realizado de este clásico oriental, respetando su pintoresco lenguaje y toda la intensa sensualidad de sus maravillosas historias.
Si bien la carrera literaria de Vicente Blasco Ibáñez estuvo jalonada de éxitos, en su vida privada las cosas no llevaron el mismo camino. Se casó, naufragando el matrimonio, debido a la vida aventurera del escritor, que a esto agregaba su afición por los amores extraconyugales. El escritor pertenecía a ese tipo de hombres que aman y respetan a su esposa, por raro que parezca esto último, y al mismo tiempo no tienen ningún reparo en engañarla ya que no consideran que ello sea una falta grave sino un simple esparcimiento que debiera ser comprendido.
Debido a sus ideas republicanas, murió exiliado en Francia, en su maravillosa casa de Menton junto al mar, el año 1928, habiéndonos legado el tesoro de sus libros junto a una biografía nada convencional y lo suficientemente interesante como para que parezca otra novela de Vicente Blasco Ibáñez.